Éxito rotundo. Felicidades. Hasta Rajoy ha tenido que cambiar. Pero ese no es el éxito. ¿Quién puede confiar en un político que hace lo que niega y lo sigue negando? El 8 de marzo ha sido un éxito rotundo, una llamada de atención impresionante. Una demostración impresionante. La igualdad de derechos tendrá que ser atendida ¿O? O habrá que continuar, porque, entonces, el problema no es de la sociedad. Será del Gobierno. Un Gobierno incapaz de escuchar a los parados, a los jubilados, a los trabajadores, ni a las mujeres. Un Gobierno que sólo atiende el “derecho” de los grandes a cobrar la deuda, aunque para eso sea preciso matar de hambre a mucha gente, de financiar a los bancos y regalarles la misma cantidad que falta del fondo de pensiones ¿será capaz de escuchar a alguien?
La igualdad, señores del Gobierno, no es una voz de rancias ni de insatisfechas, no lo pongan peor. Es un grito de toda la sociedad, porque el éxito de la jornada se ha visto incrementado por la participación de millones de hombres, secundando el gesto de Paul Newman, cuando renunció a parte de sus emolumentos para igualar a su compañera de reparto, Susan Sarandon. Ahora no se trata de reducir el sueldo de los hombres para igualarse al de las mujeres, ni de despedir hombres para contratar mujeres. La sociedad requiere avanzar, pero hacia adelante, parece que no lo entienden. Hacia adelante es mejorar, no retroceder.
La igualdad de número en los consejos de Administración ó la oficialidad en el Ejército, no puede ser impuesta por decreto, tiene que ser paulatina, porque no sería de recibo quitar a unos para a poner otras. La igualdad en el sueldo a igualdad de trabajo, es perentoria, lógica. Y posible. Aunque primero tiene que haber sueldo, no el abuso institucionalizado impuesto por quienes se niegan a escucharlo todo, excepto la voz de sus banqueros y sus energéticas. La igualdad ante la Ley exige leyes justas, en vez de gestos para ganarse un colectivo sin ganárselo, porque perviven desigualdades. Igualdad no es contratos efímeros de trabajo para todos/as. Es activación real de la economía, para que el trabajo alcance a todos. Igualdad no es esposar a nadie sin evidencias; es enseñar a respetarse, desde niños, sin hacer distinciones. Es erradicar posiciones y condenar expresiones discriminatorias, aunque procedan de un Fiscal. No. Con más razón porque proceden de un fiscal. No es crear una nueva gramática carente de lógica; es tratar a todos con el mismo respeto
A pesar de algunas voces femeninas y de pretendidos feministas que las apoyaban, la huelga y las manifestaciones han sido seguidas por millones de hombres en todo el Estado. Porque la mayoría de los varones no quiere ser ni superior ni inferior. Quiere ser compañero, igual que la mujeres quieren ser compañeras, no servidoras. Por eso, señoras y señores del partido gobernante, no lo tomen a choteo. Abandonen pretextos que intentan desacreditar la posición seria de cuantas mujeres han hecho huelga y cuantas mujeres y hombres han participado en las manifestaciones. Tienen ustedes un frente más; no simulen que cambian: permitan el cambio. Dejen de simular una inocencia de la que carecen, tanto como de ética.