Cuidad de la Justicia

Publicado: 18/03/2018
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Todo lamentable, mientras los Juzgados, es decir, sus usuarios, repartidos en tres sedes, sufren las carencias de un edificio antiguo desde su inauguración
Hay que ver cómo cambia una palabra con sólo mover una letra. Y en un momento, no los veintiún años que llevan jugando con la Ciudad de la Justicia para Sevilla. Claro, es Sevilla, ciudad abandonada por el poder, incluso cuando se ha querido ver favorecida, porque algún esfuerzo propio la ha vuelto a sacar a primer plano, en contra de la gestión estatal. Por ejemplo, cuando ganó la Expo, pese al dolor producido en el Gobierno de Felipe González que, en su soberbia, se permitió amenazar con suspenderla, un poder del que no disponía. O cuando dio el paso de enfrentarse a la invasión napoleónica que permitió la primera victoria contra su potente ejército, con evidente oposición de los poderes centrales; o cuando se hizo cabeza visible en el mundo conocido y recién descubierto, con tanta desazón para la gobernancia mesetaria, que desviaron la exclusiva del comercio a otra ciudad, dejándola sólo como lugar de paso.

Este siglo XXI y si no hay un giro completamente imprevisible, pronto será la única ciudad importante sin Ciudad de la Justicia. Hace veintiún años que el Gobierno de España se lo niega a Sevilla. Veintiún años que la Junta habla sin moverse, sin plantarse, sin exigir con la contundencia y la fuerza que el caso requiere, pese a asistirle la razón. Veintiún años que el Ayuntamiento da más tumbos que cambios de regidores ha habido. Lo peor es que, después de seguir la “tendencia Monteseirín” en todo lo relativo a despersonalizar y dejar perder la ciudad histórica, se tumbe por Espadas el traslado de la Feria, para que Hacienda, dueña de los terrenos, se aferre a ello único cabello para un calvo, para negarse a cederlos. ¡Qué magnífico pretexto! “Sin traslado no hay terrenos, ¡ea! Para que sus chinchéis, en castel-lano “perfesto”. Como si no quedara espacio para la Feria junto al nudo de la SE-30 y los puentes de San Juan.

Lamentable. Todo lamentable, mientras los Juzgados, es decir, sus usuarios, repartidos en tres sedes, sufren las carencias de un edificio antiguo desde el día de su inauguración, mal concebido, estrecho, incómodo, insuficiente. Y la Audiencia y el TSJA se reparten el espacio de la primera. Sevilla es una de las pocas capitales de provincia y pronto será la única, sin Ciudad de la Justicia, contra lo requerido por su tamaño, población y peso político y jurídico. Todo gracias al Gobierno, a la Junta y a los ayuntamientos sufridos por los sevillanos, dedicados a deshacer para complacer a sus jefes inmediatos.

Si el Gobierno sigue negándose a ceder la parcela de Los Gordales, si el Ayuntamiento se niega a reorganizar la Feria para dejar sitio, o a exigir un leve desplazamiento hacia el oeste, podría pensar en lugares de natural crecimiento urbano, como la margen derecha de la SE-25, junto a la nueva Autovía norte, o el extremo de Sevilla-Este, que permitiría una ciudad de la Justicia integrada en la naturaleza, sin necesidad de destruirla, o un poco más al este, con lo que ayudaría a recuperar la zona degradada de Torreblanca de los Caños.

¡Qué falta hace un Gobierno municipal no obligado a cumplir las órdenes de San Telmo ni las de Moncloa; ni las de San Vicente o San Fernando ni las de Génova. Con ganas y dedicado a Sevilla!.

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