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Patio de monipodio

¡Bien por la Cofradía de Mena!

Está desvirtuando el sentido teológico, filosófico y estético de la Semana Santa. Y puede provocar un cisma en la Hermandad, que se verá después de la salida...

Una lección. Como debe ser. El año pasado cuatro ministros se presentaron en Málaga, en el Acto de desembarco de los legionarios para el traslado del Cristo de Mena y se dieron el “baño de multitud” ideologizado. Ahora, los líderes del “tripartito” se habían mostrado dispuestos a repetir la visita. Pero en campaña electoral, para avivar el voto de recalcitrantes e inducidos por ellos; unos para defender una idea de España que se defendería sola sin la manipulación de esta especie de nuevo “Frente Nacional”; los más llevados por la propaganda gratis que las “circunstancias” les están sirviendo en bandeja. La Hermandad ha comprendido que la Semana Santa, concretamente, el traslado del Cristo de Mena, uno de los más renombrados de la ciudad, no es lugar ni momento para ser aprovechado electoralmente. Y la presencia allí de los tres políticos, a la sombra del canto legionario, entre una multitud que aclama a su Cristo, cuando menos, provocaría confusión y sin duda, amalgama de fervores, que en nada favorecen a la devoción ni al sentido cultural y religioso del Acto.

La respuesta del Hermano Mayor, Antonio de la Morena, aprobada en Junta de Gobierno, y enviada por carta a los tres dirigentes políticos, es clara y terminante: "Nos vemos obligados a solicitarle que tenga a bien no asistir a ninguno de los actos que tenemos previstos para este año dada la proximidad del escenario electoral, evitando de esta forma que los mismos puedan llegar a convertirse en un acto más de campaña electoral, situación ésta que no debemos consentir por ser contraria al espíritu y finalidad de lo que celebramos, además de ser radicalmente opuesta a los estatutos por los que se rige la congregación.

Una lección que debería ser recibida como bofetada sin manos por la Junta de Gobierno del Baratillo, tan diligente para utilizar a sus imágenes como reclamos de ideologías, rompiendo algo tan equitativo como dar al César lo que es del César, pero ni un gramo más. La Junta de Gobierno de la Hermandad del Arenal, una de las “reinas” del miércoles santo, una de las más admiradas de Sevilla, al decantarse por hacer “acto de sumisión” a una ideología política que todos creíamos superada, desvirtúa el sentir religioso, coloca su posición en pro de una corriente, al utilizar la salida procesional para hacer “profesión de fe”, no cristiana, no católica, sino política de una determinada corriente. Está desvirtuando el sentido teológico, filosófico y estético de la Semana Santa. Y puede provocar un cisma en la Hermandad, que se verá después de la salida procesional, porque hay muchos hermanos, cada vez más, disconformes con esa ostentación de símbolos franquistas.

Los símbolos religiosos ya fueron suficientemente utilizados en pro de esa tan especial idea que sus creadores terminaron por llamar “democracia orgánica”. Y, si los políticos quieren recuperarla, no corresponde a una entidad religiosa formada por personas de diversa sensibilidad política, semejante acto de apología. Como la Hermandad malagueña, la responsabilidad aconseja no apoyar, mediante el acto religioso, una forma de practicar política para llegar a un “estilo” de gobierno.

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