El informe pericial psicológico del joven de 25 años que, hace un año, destapó el caso de supuestos abusos sexuales de sacerdotes a menores en Granada recoge que, tras su revelación, sufre una sintomatología "ansiosa", desestabilización emocional y distintas secuelas por experiencias traumáticas.
Este análisis, al que ha tenido acceso Efe y que acaba de ser incorporado a la causa que investiga el Juzgado de Instrucción 4 de Granada, ha supuesto una evaluación psicológica del denunciante para tratar de acreditar las consecuencias derivadas de los supuestos abusos y determinar posibles perjuicios psicológicos y daño moral.
El informe recoge entre sus conclusiones que el joven no presenta "antecedentes de afectación emocional ni psicológica de ningún tipo" y tampoco tiene ningún tipo de alteración del pensamiento, ni rasgo de personalidad patológicos.
Tras la revelación, sí aprecia la aparición de toda una sintomatología "predominantemente ansiosa" y de "reexperimentación" de las situaciones traumáticas vividas, con momentos de intensa desestabilización emocional al afrontar ante otros "la realidad de sus vivencias abusivas".
El análisis concluye además que, en la actualidad, se mantienen en grado leve "algunos síntomas depresivos" y, como secuelas de las experiencias traumáticas, una afectación en el ámbito de la sexualidad, complicada emocionalmente por las experiencias vividas.
En lo que respecta al plano espiritual se observa afectación y "ambivalencia" entre las creencias y la fe que desea mantener y los "fuertes sentimientos de fraude y de engaño" derivados de las experiencias traumáticas denunciadas.
El informe también señala que el joven asemejó su relación con el padre Román, actualmente único imputado en la causa y considerado el supuesto cabecilla del "clan de Los Romanones", a la que podría tener con un progenitor y explica que en un principio no se atrevió a contar nada de lo sucedido y siguió viviéndolo "como si no hubiera sucedido".
En cuanto a la motivación de la denuncia, indica que estuvo en la posibilidad de imaginar que a otros niños les estuviera ocurriendo y sufrieran los mismos supuestos abusos.
Este informe ha sido la última pericial en incorporarse a la instrucción judicial que dirige el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Granada, Antonio Moreno, quien ayer mismo tomó declaración a cuatro testigos propuestos por la defensa, lo que acerca el final de esta investigación judicial, según informaron a Efe las partes personadas.
La instrucción judicial sobre los supuestos abusos sexuales arrancó después de que este joven que ahora tiene 25 años pusiera los hechos, ocurridos supuestamente cuando contaba entre 14 y 17, en conocimiento de la Fiscalía andaluza en octubre de 2014.
Todo ello se produjo tras recibir en agosto del año pasado la llamada del papa Francisco, que le pidió perdón en nombre de la Iglesia al leer el escrito que le había enviado.
Aunque la causa ha llegado a tener doce imputados, diez curas y dos laicos -un profesor de Religión y un fisioterapeuta-, de los que cuatro fueron detenidos (el padre Román, otros dos sacerdotes y el profesor), la Audiencia decidió declarar prescritos los delitos atribuidos a once de ellos por lo que actualmente en el proceso sólo continúa contra el supuesto cabecilla del grupo.
