La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial en calidad de investigado a un individuo de 29 años, vecino de Órgiva (Granada) y con numerosos antecedentes policiales, como presunto autor de un delito relativo a la protección de la flora y la fauna al dejar morir de hambre y de sed a un mulo al que dejó encerrado durante dos meses en un cortijo abandonado.
La patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Motril (Granada) encontró el animal muerto y semienterrado en una habitación de apenas cuatro metros cuadrados en un cortijo derruido del paraje Llano del Caldero de Motril, informa el Instituto Armado en una nota.
El mulo murió porque quien lo había llevado hasta allí había colocado una valla metálica en la habitación para que el animal no pudiera salir, y lo había abandonado sin comida ni agua.
Al investigar esta muerte, los agentes averiguaron que la persona responsable de que el animal acabase encerrado en aquella minúscula habitación y sin ninguna posibilidad de alimentarse ni de beber, había sido el joven investigado, quien posee una finca en dicho paraje, lugar al que acude algún que otro fin de semana.
El joven al ser investigado por un delito relativo a la protección de la flora y la fauna por abandono de un animal, ha reconocido a los agentes que encontró al animal abandonado y para que no causara daño alguno, decidió encerrarlo en el cortijo donde la Guardia Civil lo halló muerto.