En Un lugar secreto la relación entre el cuerpo y la naturaleza, así como “el límite o las fronteras –añadió– entre la realidad y la ficción, lo natural o lo sobrenatural” es la clave de este proyecto que permanecerá expuesto en la galería de Blanca Berlín desde el 28 de enero y hasta el 27 de marzo próximo.
Con esas cinco obras, Soledad Córdoba (Avilés, 1977) acerca al espectador que se acerca a su obra la evolución de su vocabulario estético en el que ha incorporado insectos, el mar o la luz natural que entra por una ventana sin un finalidad de simbología sino por ser el nexo con el entorno y una apuesta por una lectura libre de sus imágenes.
Un lugar secreto comenzó en 2007 y ha durado hasta la fecha. Actualmente está embarcada en otro proyecto titulado En el silencio.
En sus creaciones, la fotógrafa, que se mantiene alejada del barroquismo a favor de una estética minimalista, admitió que coexisten “unas ideas que le han ido obsesionando a lo largo de su trayectoria”, como el cuerpo en el sentido de ese espacio en el que habitamos.
El uso de su propio cuerpo en sus composiciones fotográficas “no tiene nada que ver con el hedonismo ni con lo biográfico sino que imprime más valor a lo que está contando”, según apuntó.