¿Cómo afronta esta segunda edición de Ronda Romántica?
—Con intranquilidad por el gran número de personas que van a venir a Ronda. Se esperan miles de personas, y más que nervios, tenemos mucha responsabilidad por ese gran número de visitantes que se esperan todo el fin de semana. Estos días hemos repasado los distintos servicios y dispositivos de seguridad, hemos repasado una y otra vez todos los detalles, y es que la asistencia de visitantes se puede multiplicar por dos o tres, según las previsiones con las que trabajamos.
¿Cuál es esa estimación concreta de visitantes?
—Pensamos que podríamos duplicar la población de Ronda, si no triplicarla. Sabemos que viene gente de muchos sitios, que hay muchos viajes previstos a la ciudad.
¿Qué tiene Ronda Romántica para atraer a tanta gente teniendo sólo un año de vida?
—La participación. Participan muchas gentes, y muchos municipios. Estamos hablando de la participación de toda la Serranía, y quien viene estos días sabe que no sólo verá Ronda, sino que podrá encontrarse con todas las fantásticas recreaciones que hay en los pueblos y que además se va a encontrar una gran representación a través de las estancias que se han situado de nuevo este año en todo el centro de la ciudad, incluso en nuevos espacios.
¿Podría quedarse con algún momento?
—No podría quedarme con nada en concreto, porque de Ronda Romántica me gusta todo: el pasacalles, las recreaciones, el flamenco… Lo bueno que tiene Ronda Romántica es la conjunción de tantas cosas.
¿Por qué participa tanta gente?
—Porque la gente es la protagonista. La fiesta es del pueblo, es plenamente propiedad del pueblo. Y estoy enormemente agradecida porque la gente ya sabe que Ronda Romántica es una fiesta suya.
Y, ¿qué es Ronda Romántica? ¿Cómo definiría este evento?
—Es un gran abrazo fraternal entre toda la Serranía. Una fiesta, insisto, de la participación.
¿Puede seguir creciendo aún más la fiesta? ¿Podrán incorporar aún más actividades?
—Claro que se pueden celebrar muchas más actividades, durante la propia fiesta y durante todos los actos previos que venimos celebrando. Y debemos hacer muchas más cosas, que resulten novedosas. En realidad, lo que hacemos es ver qué se hace en otros municipios, de los que estamos aprendiendo muchísimo, y reunir todo eso en Ronda. Al final, la cuestión es sumar, unir lo que hacen los pueblos, y enseñarlo con otra dimensión muy distinta aquí en Ronda.
Llevan ustedes muchos días de trabajo. Cuéntenos alguna anécdota que en estas últimas horas no haya pasado inadvertida para usted…
—Me ha llamado un amigo mí para decirnos que esta fiesta tiene tirón, tanto que una familia alemana le ha alquilado este fin de semana su casa en el campo y que viene expresamente para vivir Ronda Romántica. Y hay señoras que preguntan cuánto cuesta el arresto de la cárcel que hemos montado en Duquesa de Parcent, porque quieren dejar allí a sus maridos todo el fin de semana.
Que tengan mucha suerte…
—Muchas gracias.
