Por quinto año consecutivo y coincidiendo con la celebración del día de la Asunción, roteños y visitantes se echaban ayer a calle para acompañar a la Hermandad del Rocío en su salida procesional estival de cada 15 de agosto. Ambiente festivo, ilusión y expectación entre los numerosos fieles que aguardaban la salida de la Blanca Paloma de la iglesia del Carmen minutos antes de las ocho y media de la tarde.
Y es que Rota respondió ayer con creces a la llamada de la Virgen del Rocío. Y el momento de la salida procesional de la Hermandad desde su templo no fue menos. Cientos de personas dieron la bienvenida a una Blanca Paloma que inundó la calle Calvario de cánticos, música, rezos y constantes demostraciones de fe.
Precedían a la Blanca Paloma en su reencuentro estival con roteños y visitantes, cinco piteros de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Rota, el hermano Mayor roteño, Francisco Gómez 'Suspiro', representantes de las Hermandades del Amor y del Santo Entierro, así como de la Hermandad del Rocío de Lebrija.
Unas alegres sevillanas rocieras y gritos alusivos a su belleza hicieron las veces de recibimiento oficial de una hermosa Virgen del Rocío grácilmente adornada con rojas flores que causó la admiración de los presentes a la salida de la parroquia del Carmen. Portada por una cuadrilla de hermanos y hermanas costaleras, y tras realizar un giro para saludar a todos sus fieles, la Blanca Paloma iniciaba su descenso por una abarrotada calle Calvario.
Un caminar junto al que no cesaban las manifestación de devoción y cariño hacia la Reina de las Marismas que se adentraba en las calles del centro de la localidad en torno a las nueve de la noche.
Allí, en la capilla de la Caridad, el grupo Arbolada del Sur la aguardaba para dedicarle unas sentidas sevillanas. También en la Casa Hermandad del Santo Entierro y en la capilla de San Roque, la Virgen del Rocío recibían nuevas muestras de fe que se prolongaron durante las casi cuatro horas que duró su intenso y emotivo recorrido.
