No le falta razón al portavoz del grupo municipal del Partido Andalucista y primer teniente de alcalde, Francisco Romero, cuando dice que el anuncio de la estatutarización del personal del Hospital San Carlos va a servir, entre otras cosas, para que los políticos del Partido Popular y del PSOE pasen, al menos en este tema, un verano tranquilo. Es, además, lógico, por cuanto prórroga incluida, hay un calendario sobre la mesa que remite al mes de octubre para que se dé el paso definitivo, el que no tiene marcha atrás, y hasta entonces se están cumpliendo las expectativas.
Es verdad que en los próximos meses comienza también un periodo preelectoral que va a afectar a todos los proyectos y que el tiempo y el tempo van a conjugarse para que los anuncios obtengan el rédito político más jugoso. Pero ojalá ese fuera todo el problema, la estrategia política de unos y otros que atrasa o adelanta las cosas.
Lo único cierto en todo este proceso es que desde el primer momento, órdago incluido y lo que vino después, no ha pasado nada de lo que los agoreros -también políticos y con intereses políticos- venían diciendo de vez en cuando, más con ánimo de levantar polémica que de denunciar nada, porque nada estaba ocurriendo. Nada malo, se entiende.
La Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa, desde el momento en que se firmó el protocolo en el Hospital San Carlos, han estado trabajando codo con codo para dar un buen fin al traspaso del hospital. ¿Que ha habido desencuentros? Lógico en un proceso tan complejo. ¿Que ha habido voluntad de resolverlos? Por ambas partes y siempre. Todo lo demás han sido fantasmadas de unos y otros.
Lo único que sí es cierto es que 60 ó 70 trabajadores no van a pasar el verano tranquilos. En eso sí lleva razón Romero. Y puede que en algunas otras cosas también.