Ya creó su polémica cuando San Fernando Información lo publicaba en el mes de marzo de este año. Algunos arquitectos e historiadores señalaban a ese color rojizo el que finalmente llevaría el palacio del Ayuntamiento de San Fernando y no es nada extraño por cuanto este edificio, como el resto de los que había proyectado Torcuato Cayón para desplazar el centro de la ciudad desde la Iglesia Mayor a la ahora plaza del Rey, eran del mismo color.
Basta mirar la terminación del edificio del antiguo Hospital de San José, proyectado en un principio para dar a la calle Real formando parte del conjunto, aunque por diversas vicisitudes retrasado a su emplazamiento actual. O el color de la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo. Es el mismo color que lucirá el Ayuntamiento una vez que esté terminado y que no es una antojo del arquitecto redactor del proyecto ni de los políticos. Es la consecuencia de un estudio exhaustivo de lo que fueron en su tiempo. Y si cualquier restauración es por definición devolver su aspecto anterior a lo que se restaura, estaba cantado.
La polémica, no obstante, está servida después de tantos años viendo el edificio municipal de color crema, pero también es cuestión de acostumbrarse. Máxime cuando va a ganar en presencia por el simple contraste que ofrece ese color ocre que ya se puede observar en la fachada. Eso sí, por ahora no es más que una lona que estará ahí hasta terminar las obras para no seguir afeando el entorno. Cuando se quite, ya se habrá acostumbrado la mayoría. Eso sí, el rojo que se ve en la foto es más rojo que el que se verá realmente, el rojo almagre.