El escritor Félix J. Palma cierra su trilogía victoriana con "El mapa del caos", una novela en la que continúa jugando con H.G. Wells, en esta ocasión con "El hombre invisible", en una trama en la que se ayuda de dos escritores decimonónicos: Arthur Conan Doyle y Lewis Carroll.
Reconoce el autor sanluqueño, actualmente afincado en Barcelona, que aunque "estilísticamente" no ha podido "evolucionar" en los siete años transcurridos desde que empezó a escribir la saga, sí lo ha hecho en el "tratamiento de los personajes".
Estos, explica, están "mejor definidos" en esta tercera entrega, y además, tras escribir más de 2.000 páginas en el mismo tono narrativo, ha perdido "el miedo a las tramas complicadas".
En "El mapa del caos" (Plaza & Janés) Palma vuelve a involucrar a su admirado Wells en nuevas tramas en las que una de sus novelas se hace realidad, en este caso "El hombre invisible", una demostración más de la intención del autor: "rendir homenaje a los libros que nos hicieron soñar de niños, las novelas populares del siglo XIX de Verne, Stevenson o Dumas con las que vivimos mil aventuras sin movernos del sillón".
La novedad de la tercera novela respecto a las anteriores, asegura Palma, es la estructura, ya que "cuenta con un prólogo y presenta una trama más detectivesca", coincidiendo con la presencia como "escritor invitado" de Arthur Conan Doyle, el padre de Sherlock Holmes.
"Los sucesos que Doyle vive junto a Wells hago que le inspiren en su novela 'El sabueso de los Baskerville', donde resucita a Sherlock Holmes siete años después de haberlo ahogado en las cataratas de Reichenbach, abrazado a su enemigo Moriarty", comenta.
Palma ha escrito al estilo de Doyle, acumulando tramas y demandando del lector paciencia hasta el final, "cuando todas las tramas se juntan en una sola".
Doyle aparece como un trasnochado caballero medieval, algo que tiene que ver con su infancia, cuando su madre acostumbraba a contarle para entretenerlo "historias de caballeros y princesas" que calaron en él de tal manera que "siempre estaba decidido a respetar ese código: ser respetuoso con las damas, valiente con el enemigo, protector con el débil, algo difícil de mantener en la práctica en su época a no ser que estuviera en un deporte o en una guerra".
Conan Doyle, asegura el autor, le ha aportado los beneficios de manejar a un "personaje íntegro, que defiende la tesis de la mentira piadosa y que además era muy crédulo -creía en el espiritismo-, un hombre de acción".
Otro escritor invitado se cuela en las páginas de la novela, Lewis Carroll, y precisamente en uno de los tradicionales viajes en el tiempo marca de la casa, Palma narra el mítico paseo en barca por el Támesis que Carroll y las hijas del decano de la Christ Church dieron la tarde del 4 de julio de 1862, en el que Carroll improvisó la historia de "Alicia en el país de las maravillas" para entretener a las tres hermanas Liddell, en especial a Alicia, su favorita.
Como se trata de unas novelas muy corales, Palma ha incluido en el inicio de esta tercera una guía de personajes, "al estilo de las novelas de Agatha Christie".
En "El mapa del caos" la historia de amor es tan poderosa que "va más allá de la caída del oscuro telón de la muerte", apunta misterioso Palma antes de definir esta tercera entrega como "la más romántica de todas".
Descarta hacer una cuarta novela, en la que habría revisitado "La isla del doctor Moreau", y por esa razón, dice, "'el pueblo de las bestias' hace un cameo para resarcirme por no haber incluido esa cuarta novela de Wells".
Igual que Wells intentó dar una explicación científica a los prodigios de sus novelas, Palma juega con el concepto de multiverso, es decir con la coexistencia de universos paralelos, "algo que los científicos empiezan a plantearse como una posible realidad y que es fascinante".
En el siglo XIX, con la ciencia en sus inicios, todas las teorías de existencia de vida en Marte o en el centro de la Tierra no podían ser refutadas por los científicos, "y a veces, cuando demostraban el fraude, como en el caso del espiritismo, la gente seguía creyendo, porque la sociedad ansiaba ver más allá de lo que la ciencia estaba delimitando".
Palma suspira por ver algún día su trilogía convertida en serie de televisión o en película, algo que podría suceder cuando "El mapa del caos" aparezca en Estados Unidos el próximo año.
Instalado ahora en Barcelona, Palma se quiere dar un período de descanso "para meditar bien cuál será mi siguiente paso y aventura, porque después del trabajo titánico de documentación al que me ha obligado la trilogía, siento que necesito sorprender a los lectores otra vez con otra cosa totalmente diferente, en la que seguirá habiendo elementos fantásticos".