Apenas conozco
Guillena. He transitado sus calles o desayunado en sus bares en recorrido ciclista hacia el Gergal -vía ruta del agua-, o con destino a Gerena para regresar al Aljarafe. Ahora, muy a su pesar, ese municipio sevillano ha captado la atención de los medios de comunicación por un atroz suceso.
Terrible. De los que cuesta articular palabra. Padre, madre y sus dos hijos, muertos en el incendio de su vivienda tras un agónico y espeluznante desenlace que es mejor obviar ya en este momento.
Tras las especulaciones iniciales, a las que somos muy dados los periodistas e indignan al entorno de los fallecidos, se ha sabido que la causa del fuego fue la explosión y combustión de la batería de un
teléfono móvil que estaba cargando en la vivienda, depositado encima de un sofá. Así lo ha confirmado el equipo de incendios de la Guardia Civil. Inicialmente, se apuntó a un patinete eléctrico que, también, estaba en carga.
Este suceso merece algunas reflexiones. Desde el punto de vista del periodismo, sobre todo televisivo: las prisas son malas consejeras ante un hecho de esta gravedad. La inmediatez es, en ocasiones, incompatible con el rigor. Hay que esperar a que los investigadores concluyan su trabajo y dejarse de especular con las declaraciones de vecinos que, en ningún caso, tuvieron acceso a la casa antes del fuego. Además, las viviendas que acaban siendo prisiones debido a las rejas de seguridad también merecen una reflexión por parte de las administraciones ya que no es el primer caso de este tipo. Supongo que, en pleno siglo XXI, habrá fórmulas para evitar que esto ocurra. De la misma manera, que cargar una batería de un móvil sobre un sofá sea la causa de un incendio de esta trascendencia. También debe ser motivo de investigación para determinar si ha existido alguna negligencia por parte del fabricante ya que, a buen seguro, muchos de los que cargan el móvil lo hacen en ocasiones en superficies como la descrita en Guillena.
Y, por último, algunos guilleneros han criticado la falta de reacción de Guardia Civil y Bomberos ante lo que allí estaba ocurriendo. Aunque, este municipio sevillano cuenta con un puesto del instituto armado es evidente que el despliegue de agentes y medios por las zonas rurales de Andalucía ha disminuido durante los últimos años y, también, en alguna medida es un factor a tener en cuenta.