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Sevilla

Recuperar la ilusión

Los ciudadanos están hartos de promesas vacías y de incumplimientos de lo cotidiano

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Cada día nos estamos levantando con sobresaltos de desahucios, con parados y con una situación de recortes mas que insostenible. Y ante esto qué hacen las principales fuerzas políticas. La verdad es que sólo parece que están en una espiral de declaraciones y afrentas que no llegan a los ciudadanos. Es más, las alejan de los ciudadanos.

Dicho esto habría que preguntarse si el modelo del gran pacto social para salir de la crisis no debe ir más alla de los grandes partidos e implicar a más agentes sociales y entidades. Estamos ante una cada vez mayor distancia entre gobernantes y gobernados y esa fractura nos acerca a un precipicio peligroso. En este gran pacto ciudadano yo me atrevería a incluir a los medios de comunicación. Algunos medios informativos están instalados en la comodidad de la loa o de la erosión permanente hacia el poder establecido. Ambas son a mi juicio posturas erróneas. Se está instalando en la sociedad, por ejemplo, que los políticos no trabajan o que hay mucha corrupción. Y no es verdad. Hay gente que no trabaja y gente corrupta pero no son esa mayoría que algunos endiablados medios con afán de poder quieren hacernos ver. Y los que hay deben estar a disposición de la Justicia para que se actúe de forma implacable contra ellos.

La generalización de algunos medios en dilapidar la política acaba trayendo otras formas de gobierno nada recomendables. Aunque a lo mejor los ideólogos de estas campañas es lo que van buscando.

Está bien criticar a un gobierno, y sobre todo pedirle que tenga palabra y coherencia, pero de ahí a las operaciones de caza y derribo va un trecho. Hace falta un código ético que regule las malas practicas periodísticas.

Y también un código ético que regule las malas prácticas políticas. Además de la acción de la Justicia debe estar la acción de la política para que los partidos alejen de su entorno a esos que van de listillos.

Los ciudadanos están hartos de promesas vacías y de incumplimientos de lo cotidiano. Cada vez se habla más de la regeneración política y cada vez es más evidente que nadie da el paso para esa regeneración. El partido que de en la clave será el llamado a gobernar.

Promesas incumplidas

Son las promesas incumplidas cuando se llega al Gobierno lo que genera más desconfianza a los ciudadanos. Y en esto hay una larga lista. La más dolorosa y reciente la del Gobierno central con las pensiones, negándose a beneficiarlas por la corrección del déficit.

A nivel local hay también muchos casos evidentes. La más sangrante, la de la devolución de fianzas por los aparcamientos. Algo que se prometió por activa y pasiva en campaña electoral por un partido que se supone conoce bien los entresijos del Derecho, el Partido Popular, que tan aficionado es a judicializar la vida pública. Pero lo cierto es que llegado al poder todo se olvida y con la misma serenidad que se acusaba a otros de no defender los intereses de los ciudadanos afectados se acata ahora la sentencia judicial. Es más que probable que el Zoido juez supiera que el Zoido alcalde se encontraría de lleno con las trabas judiciales para cumplir su promesa, pero en campaña todo valía. Este ejemplo puede servirnos de muestra, como también lo del sentido único en Luis Montoto, para detectar la falta de ética en la política cuando todo vale para llegar al Gobierno.

De momento, pasan los meses y la única promesa cumplida es la de derogar el Plan Centro. El resto continúan siendo buenas intenciones, muchas palabras y fotos en la prensa amiga y echarle la culpa a la herencia recibida.

En esta ciudad de poca memoria histórica y poca hemeroteca convendría refrescar la memoria a algunos en muchos de los asuntos en los que ahora saca pecho Zoido y ver cómo actuaba cuando Monteseirín hacía cosas similares. Y ahí va una lista de ejemplos: Atarazanas, Mercado de la Puerta de la Carne, Fábrica de Artillería, viaje a los Juegos Olímpicos o a Japón, etc

Está claro que una cosa es predicar y otra dar trigo. La última es la promoción de Sevilla en Nueva York que tiene lugar este fin de semana. Vaya por delante mi apoyo a esta actividad porque creo que en el turismo todo es positivo para la marca Sevilla. Sin embargo, quisiera recordar que al menos durante tres años seguidos Sevilla se promocionó en Nueva York, Los Ángeles y Chicago de la mano de Monteseirín y de Turismo de Sevilla. Como pueden comprobar, nada nuevo bajo el sol de la gestión de Zoido.

También me gustaría saber qué diría Zoido si a Monteseirín se le ocurre darle a un periódico amigo casi doscientos mil euros para que le monte un periodiquito de barrios. Le piden cuanto menos cárcel por prevaricar. Y si llega a tener el informe del interventor en contra, como ha ocurrido ahora con la adjudicación al periódico amigo, mucho más. Pero claro, respetar a los altos funcionarios y sus criterios es sólo algo a lo que, al parecer, están obligados todos menos los del Partido Popular.

Proyectos de liderazgo

La crisis, sin duda, azota a todos y el alcalde del empleo, como se llamó Zoido en su día, continúa aumentando el paro como ayer mismo se conoció por los datos del INEM. Sin embargo, el empresariado de la ciudad comienza a estar cansado del mensaje de pesimismo y lanza ya en privado mensajes de optimismo para que vayan calando en la opinión pública. La sociedad civil comienza a movilizarse justo cuando el Ayuntamiento parece más noqueado. Y cada día conocemos más ejemplos en este sentido.

La ciudad tiene en puertas un evento importante como es el Quinto Centenario de la Primera Vuelta al Mundo 2019-2022 y es una oportunidad de desarrollar proyectos generadores de riqueza y de dinamización empresarial. Bueno sería que el Ayuntamiento se subiera al carro de los organizadores no para echar arena sino para insuflar aire fresco que les permita recuperar el pulso a la ciudad.

A ver si con la sociedad civil empujando se consigue hacer realidad al menos la promesa de llamarse alcalde del empleo. De momento, lo que debemos entre todos es dar credibilidad al sistema democrático, en especial en vísperas del día de la Constitución.

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