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Sevilla

El ruido del Arenal, ante notario

Los vecinos recurrirán a la fe notarial, como ya hicieron hace más de una década, para certificar los excesos acústicos

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  • Bares en el Arenal -

La historia se repite. Los vecinos del Arenal recurrirán de nuevo a los notarios, además de a los cortes de calles y manifestaciones, para dar fe del incumplimiento de las normativas sobre ruidos en el barrio, especialmente en la calle Arfe y sus aledañas, una situación que, según denuncian, es ya “insostenible” y ante la que se encuentran desesperados.

El Arenal siempre ha sido un barrio con muchos establecimientos hosteleros pero, como reconoce María Jesús Luque, vocal de la asociación de vecinos Torre del Oro, lo de los ruidos “va por brotes”. Si con el empuje de Antonio Fernández Pérez, histórico líder vecinal y presidente de esta asociación, se consiguió parar en 2002 los excesos de ruido con una sentencia del TSJA que condenaba al Ayuntamiento por su “pasividad”, desde septiembre el brote ha vuelto a revivir.

Desde que cerraron el Bar Los Niños y se abrió con cristaleras El Gallo Negro, relata Luque, todo ha ido de mal en peor. En la zona han vuelto a proliferar los establecimientos pero nocturnos; incluso las abacerías que deben vender chacinas son ahora bares de copas y con la Ley Antitabaco, la ocupación de la vía pública es constante.

Luque asegura que han remitido diferentes escritos al alcalde y al distrito; el presidente de la asociación ha hablado personalmente con la delegada del distrito Casco Antiguo, Amidea Navarro, que le ha dicho que “todo va en buen camino”; y el Defensor del Ciudadano, el lunes, les aseguró que iría a darse un paseo con ellos “para hablar en primera persona de la situación”. Pero no han recibido ninguna contestación oficial y el cierre anunciado por el Ayuntamiento del bar El Gallo Negro no se ha producido todavía.

Han acudido a la Policía Verde -con cuyo director tienen que reunirse para tramitar la denuncia como asociación- y hasta al Defensor del Pueblo Andaluz, que aunque comparte su postura -de hecho tiene numerosas resoluciones que instan a los Ayuntamientos a garantizar el descanso de los vecinos- les ha confesado que, en temas de bares, las cosas van despacio.

Ruido y mucha suciedad

A pesar de ser una zona declarada saturada de ruidos (ZAS) desde hace años, los bares se han multiplicado, algunos de los establecimientos parecen no tener licencia, los fines de semana abren de cinco de la tarde a altas horas de la madrugada, las calles se convierten en un urinario y en un vomitorio públicos, y los coches no dejan de pitar porque no sólo ocupan las aceras, sino también las calles, relata la vocal de la asociación.

Aunque el Ayuntamiento ha anunciado que ha incrementado la vigilancia sobre los bares -en 2012 se propuso la clausura de 427 establecimientos y hubo 79 precintos-, los vecinos del Arenal aseguran que el descontrol y la dejadez en el barrio es más que evidente.

Así, iniciarán de nuevo una campaña, como la que realizaron hace más de una década, de movilización con el corte de calles y huelgas en la calle Adriano, además de recurrir, de nuevo, a la fe de los notarios para que certifiquen los incumplimientos de los niveles máximos de ruido permitidos.

“No vamos a parar en esta situación”, asegura María Jesús Luque, que  confirma  que están dispuestos de nuevo a acudir a los tribunales porque “el derecho al descanso es un derecho básico y nos lo están quitando”.

“Es increíble que a 300 metros esté el Ayuntamiento y que siga esta situación insostenible cuando el alcalde está para eso, para saber lo que ocurre y, por cercanía, no tendría que haber continuas denuncias para que se solucionara”, afirma Luque.

Los niños, a dormir en la cocina

María Jesús Luque asegura que los vecinos están hartos de soportar tanto ruido e incluso cuenta que mandan a dormir a los niños a la cocina, porque es el sitio más alejado de la calle. Los que tienen suerte pueden irse los fines de semana fuera pero otros no, entre ellos un médico cirujano que se pregunta cómo puede tener las vidas en su mano una persona que no puede dormir.

¿Motos o coches?

Los vecinos del Arenal también se preguntan qué ha motivado la modificación del aparcamiento ubicado en esta esquina de la calle Arfe junto al bar El Gallo Negro, que antes era sólo para vehículos y ahora es para motos, ya que consideran que los clientes de este establecimiento tienen más facilidad y comodidad ahora para ocupar la vía pública y la zona de aparcamientos, frente a los coches, que limitan más el espacio. lavado

Sentencias

Cuatro años por ruidos intolerables

En marzo de 2012 la Audiencia de Sevilla condenó a cuatro años de cárcel al dueño y a la encargada de un bar de Dos Hermanas por los "ruidos intolerables" del bar durante varios años, afectando "gravemente" al sosiego y descanso nocturno vecinal.

300.000 euros por una ‘no’ licencia

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) condena al Consistorio de Sevilla a indemnizar con unos 300.000 euros a los dueños de una discoteca que perdieron su inversión por una licencia que nunca se debió otorgar y que fue anulada en los tribunales.

Sin veladores en la calle y con multa

En septiembre pasado, un juzgado de Sevilla condenaba a un bar ubicado en Sevilla Este a retirar todos sus veladores de la calle, pese a contar con licencia municipal, y a indemnizar con 15.762 euros a los vecinos por las molestias, olores y ruidos que han sufrido desde el 2005.

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