La Fiscalía de Sevilla ha mantenido este martes su petición de 12 años de cárcel por un delito de homicidio para el gorrilla acusado de matar a otro de una patada en la cabeza durante una pelea en la calle Resolana de la capital hispalense, según han informado fuentes del caso.
Las mismas fuentes consultadas han indicado que, durante la segunda y última sesión del juicio con jurado popular celebrado en la Audiencia Provincial de Sevilla, el Ministerio Público ha elevado a definitiva su petición de 12 años de prisión para el acusado, con la novedad de que ha solicitado aplicar la atenuante de drogadicción.
Asimismo, ha pedido que indemnice con 124.000 euros a las dos hijas de la víctima.
De su lado, el abogado del imputado, que inicialmente pedía su libre absolución, ha modificado sus conclusiones provisionales y ha admitido que su cliente pueda ser condenado a seis meses de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia con la aplicación de las eximentes incompletas de defensa propia y drogadicción y las atenuantes de arrebato y alcoholismo.
Una vez presentados los informes finales por parte de Fiscalía y defensa, la magistrada-presidente entregará el próximo jueves el objeto del veredicto a los miembros del jurado, que se retirarán a deliberar antes de hacer público dicho veredicto.
En su declaración, el acusado, Enrique C.S., negó haber matado a la víctima y aseguró que únicamente intentó defenderse después de que el fallecido intentara agredirle con una barra de hierro.
Así, relató que el día de los hechos, el 13 de abril de 2013, la víctima quiso quitarle su zona de aparcamiento, por lo que se sintió coaccionado y comenzaron a discutir junto a un bar de la Resolana hasta que, en un momento dado, el fallecido sacó una barra de hierro de una bolsa e intentó darle en la cabeza, por lo que el imputado esquivó el golpe y se defendió usando para ello las manos, tras lo cual la víctima se cayó hacia atrás.
"A continuación, me fui de allí, porque yo pensaba que se iba a levantar", dijo el acusado, que quiso dejar claro que en ningún momento agredió al fallecido con puñetazos o patadas en la cabeza ni tuvo intención de matarlo, negando asimismo que lo golpeara contra una puerta con barrotes de hierro, como sostiene la Fiscalía.
El imputado relató que, posteriormente, unos chiquillos fueron a buscarlo para comentarle que había una persona que se encontraba mal, por lo que de manera voluntaria se dirigió hasta el lugar donde lo había dejado previamente porque estaba preocupado y con el fin de socorrerlo.
LOS HECHOS
Por último, reconoció que es drogadicto desde el año 1974 y que el día de los hechos había consumido metadona, pastillas y un litro y medio de cerveza y vino.
Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, los hechos tuvieron lugar sobre las 19,00 horas del 13 de abril de 2013, cuando el acusado inició una discusión con un conocido suyo acerca de las propinas recibidas por ayudar a aparcar vehículos.
La discusión fue subiendo de tono hasta que el procesado comenzó a golpear al fallecido, propinándole varios puñetazos en la cabeza y empujándolo contra una puerta con barrotes de hierro de un inmueble de la calle, contra la que le golpeó en la cara en varias ocasiones y donde lo arrinconó y siguió dando golpes.
TRAUMATISMO Y HEMORRAGIA INTERCRANEAL
Tras ello, el fallecido cayó al suelo, donde el imputado continuó dándole patadas en todo el cuerpo y especialmente en la cabeza. Cuando intentó levantarse, le propinó una última patada en la cabeza que le hizo caer de nuevo al suelo, quedando tendido en él mientras el encausado se alejaba del lugar.
Como consecuencia de los golpes recibidos, la víctima sufrió un traumatismo raquimedular y una hemorragia intercraneal que le produjeron la muerte inmediatamente, sin que las asistencias médicas que se presentaron en el lugar minutos más tarde pudieran hacer nada para reanimarlo.