Ante la actuación protagonizada por la Policía Local de Sevilla junto a dos inspectores veterinarios del área municipal de Consumo en el supermercado Sola Ricca, donde los funcionarios han precintado 30.000 kilogramos de alimentos por presentar los mismos diferentes incidencias, la empresa responsable del establecimiento ha asegurado que se trataba de productos "pendientes de destrucción o devolución a los proveedores".
En un comunicado, la empresa ha defendido que la inspección, derivada de una "denuncia anónima", habría "corroborado la no existencia de productos caducados o en mal estado a la venta al público ni para distribución".
A tal efecto, Sola Ricca ha explicado que como "cualquier operador logístico", goza de "la facultad de tener artículos en los almacenes pendientes de destrucción o devolución a los proveedores", que son precisamente los productos "referenciados en el acta de inspección".