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Jueves 25/04/2024  

Sindéresis

Obediencia andaluza

Y, al final, casi todos son del Barça o del Madrid

Publicado: 09/01/2022 ·
22:19
· Actualizado: 09/01/2022 · 22:19
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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El nacionalismo, por definición, no puede ser progresista. Si aspiramos al progreso humanista y la defensa de los Derechos Humanos, las fronteras deberían entenderse como unidades administrativas y, en todo caso, límites poblacionales para las selecciones nacionales deportivas. Y, al final, casi todos son del Barça o del Madrid.

Los bancos, lobbys empresariales y evasores fiscales no juegan al juego de las banderas, pero incentivan que lo hagamos nosotros para que los dejemos en paz. Los nacionalistas, por su parte, compiten entre ellos a ver quién es más nacionalista, sirviendo asistencias a la derecha. En el caso andaluz, cuando se publicitan y hablan de un partido andalucista de obediencia andaluza, yo me rasco la cabeza y me pregunto: «¿Qué mierda quieren decir? ¿Cuál es su programa? ¿A qué andaluces obedecen, a los defensores de la monarquía, la tauromaquia y el libre mercado, a los detractores del feminismo y del matrimonio entre personas del mismo sexo?»

A ver si aprendemos un poco acerca de la realidad. PP y Bildu, en Euskadi, han votado lo mismo en innumerables ocasiones. ERC ha aprobado medidas neoliberales cuando su socio nacionalista lo ha requerido. Han provocado que se posponga la nueva Ley de Memoria Democrática por motivos ajenos a la misma. Partidos de obediencia vasca y de obediencia catalana. ¿Y el contrapeso será más nacionalismo andaluz? Yo prefiero más internacionalismo, más humanismo, más defensa de los servicios públicos y de los derechos humanos. ¿El contrapeso va a ser llamar mesetario a alguien de Castilla la Mancha que quiere que la tierra sea para el que la trabaja, o más bien sentarse a currar en una mesa con esa persona para sacar adelante una ley que nos proteja a todos dentro de esta unidad administrativa en la que estamos viviendo?

Unidades administrativas; la patria es la ley, el fisco y los Juegos Olímpicos, ya sea Andalucía o España. Separarse de los extremeños para nombrar nuestros propios reyezuelos sin que nos importe si están vendidos a la banca, es de locos, cuando podríamos aliarnos con los extremeños para hacer fuerza contra los intereses usureros. Es de gente que no tiene ningún plan más allá de ser el rey en el infierno, porque ser el príncipe en el cielo no les sirve. Barones que alejan el sentido del voto de su gente donde sea necesario para perpetuarse en el poder; barones en sus baronías hartándose de reír a nuestra costa porque solo tienen que tocar una tecla para levantar levas que los defiendan: el nombre y la bandera. La frontera.

Viva Andalucía libre, sí, pero libre de especuladores, de terratenientes, de latigueros que revientan caballos y atropellan linces, libre de gente rancia que se viste con lunares y pendientes de argolla porque ven mesetario y poco andaluz aprobar leyes y dirigir consejerías para apoyar a su gente. Viva Andalucía. Libre. A salvo de los que la usan como disfraz y escudo, y enarbolan un andalucismo carente de intención política pero lleno de reacción, de enfado y siempre lejos del gobierno. Una reedición del pacto entre Moreno Bonilla y Spiriman, que descansó cuando la derecha llegó al poder. Nacionalismo que dice que el enemigo de los andaluces no es VOX, sino Yolanda Díaz. Un andalucismo que, intencionadamente o no, al final es un fiel siervo del mercado, porque no hay peor revolucionario que el caballo que, como se sabe perdedor, se queda pastando, predicando y traicionando a su jinete: el pueblo.

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