Si atiendes a tus grupos de Whattsap, a las noticias de OkDiario, a los mensajes de Telegram de tu propio partido, es lógico que nos tengas miedo, e incluso que nos odies o te hayamos decepcionado. Es posible que pienses que este es el único país del mundo que pone restricciones de movilidad, que ha tenido que improvisar frente al virus, que va a proyectar un protocolo de vacunación masivo. Si sales un poco de tu círculo, podrías darte cuenta de que es falso, pero, para eso, tienes que querer; que dejen de engañarte, digo.
Es posible que pienses que vamos a coger el dinero de tus impuestos y lo vamos a repartir todo entre la gente que llega de fuera a pegarse la vida padre, setecientas asociaciones que se han inventado un problema social para vivir de las subvenciones y, no sé, enviar varios contenedores de jamón de bellota a Soros como agradecimiento por contar con nosotros para destruir la identidad de las naciones; de la tuya, en concreto, de la que te gustaría que fuera de todos, un imperio. Es posible que lo pienses, si para ti la vida es un cine en el que querrías que proyectaran siempre la misma película, como un aficionado a Star Wars que no solo sale vestido a la calle con una túnica raída, piezas de armadura y un palo fosforito; de hecho, querrías que los demás salieran disfrazados de la misma guisa, y esa necesidad de recibir respuesta a la realidad que anida en tu cabeza se está viendo colmada por las fuentes de datos antes referidas.
Pero, por favor, no dejes que las túnicas te tapen la realidad, porque tú también haces falta para salir de esta y, la verdad de la verdad, lo debes admitir, no nos conoces. ¿Qué sabes de nosotros? Yo quiero que entiendas mi propuesta. Yo quiero que entiendas que pretendemos incentivar la economía desde abajo hacia arriba, porque es el único seguro que tenemos contra el saqueo, porque en la anterior crisis se insufló la pasta a los bancos y las grandes empresas, y esa pasta nunca llegó de vuelta. ¿Qué es lo que no se entiende de esto? Si tienes para comer, te lo gastas en comida; la tienda de tu barrio sale ganando, el Mercadona sale ganando. Si en vez de 600 pavos cobras 900, puedes pagar el crédito de tu tarjeta del Carrefour. Tú sales ganando y el Carrefour también. Si permitimos que te paguen una miseria o que no haya ningún escudo social para los que no tienen ingresos, los que curran van a sacar con su sudor los mismos beneficios para su empresa, que seguramente paga impuestos en Irlanda o Luxemburgo. Y tu bar cierra.
Quienes se hacen milmillonarios gracias a nuestro trabajo pueden pagar un poco más y de este modo tú puedes ayudar a la economía de tu pueblo. ¿Qué es lo que no se entiende de eso? ¿Qué es lo que no entiendes de que si no fortalecemos la Sanidad solo se van a curar los ricos? ¿De verdad quieres que tus impuestos vayan para clínicas privadas donde además del tratamiento tenemos que pagar el beneficio de sus accionistas, porque los gobiernos de derechas han preferido hacer eso que invertir en la Pública? Pero ¿cuál crees que es nuestro plan para joderte?
A ti te parece que estas cosas no son lo bastante importantes para apoyarnos, porque estamos en contra de algo tan sentido para ti como es la monarquía, la tauromaquia y que la católica sea la única religión digna de respeto en nuestra tierra. Estamos en contra de que se cacen venados por placer y usando perros, y estamos en contra de que se discrimine a las personas por su orientación e identidad sexual. Si alguna de estas cosas es demasiado relevante para ti, más que las cosas del comer, más que la educación, la sanidad o las pensiones, seguramente no tenemos más de que hablar, porque para nosotros son aspectos intocables. Por ahí nos tienes bien calados. Para todo lo demás, te insisto, ¿tú de qué nos conoces? ¿Te has leído nuestro programa, te has informado de cómo algunas cosas que proponemos ya funcionan con éxito en otros países, incluso gobernados por partidos de derechas? ¿Te has preocupado o te da igual? Porque si te da igual, a mí me apena; ya te he dicho que tú también haces falta para salir de esta. Pero si no te da igual, si de verdad hay unos mínimos sociales que piensas que el gobierno debe asegurar y, con el tiempo, ampliar, por favor, infórmate. Hablemos. Algunas cosas van a seguir sin gustarte, ¿crees que a mí me gusta todo lo de los míos? Pero en otras estoy convencido de que podemos encontrarnos y ayudarnos, porque en el fondo queremos lo mismo; acostarnos y despertar sin angustia.
