'El melillero', el joven investigado en relación con la agresión con ácido a su exnovia y a una amiga en Cártama, ha sido condenado a dos años de prisión por amenazar a punta de pistola al empleado de un establecimiento de ocio del municipio malagueño de Torremolinos en 2018.
El Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga ha acogido este miércoles el juicio en el que se ha alcanzado un acuerdo entre la defensa y las acusaciones, tanto el fiscal como la particular en representación de la víctima, con el que el acusado ha expresado su conformidad.
Así, la Fiscalía se ha adherido a los dos años de prisión solicitados inicialmente por la acusación particular, que ha renunciado a la indemnización inicial solicitada. La defensa se ha manifestado conforme con estas peticiones y el magistrado ha dictado sentencia in voce, que es firme.
Además de los dos años de prisión, se le ha impuesto la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros a la víctima en cualquier lugar, incluido dicho establecimiento de ocio, durante un periodo de tres años.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio de 2018 alrededor de las 07.00 horas. El acusado fue al establecimiento de ocio, situado en el paseo marítimo de dicha localidad, que se encontraba ya cerrado al público y "esgrimió una pistola plateada" frente a uno de los empleados.
Así, el procesado hizo ademán de disparar la pistola, "apuntando también a otros empleados que se encontraban en el interior del establecimiento, lo cual les ocasionó gran temor y desasosiego". Por esto, se le condena por un delito de amenazas.
En declaraciones a los periodistas, al terminar la vista oral, la víctima ha señalado que el procesado "intentó disparar, pero la pistola al parecer, se encasquilló, gracias a Dios". "Si llega a disparar, hoy aquí ahora mismo es difícil que yo hubiera estado", ha manifestado.
'El melillero' ya fue condenado el pasado mes de febrero a siete meses de prisión por un delito de maltrato a otra expareja anterior, a la que presuntamente golpeó y arrastró en una discoteca en 2016. Además, se le impuso la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros en su domicilio o cualquier lugar donde esté.