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Martes 14/05/2024  

Huelva

El patrón retenido en Mauritania: "Me he sentido abandonado por todo el mundo"

El onubense José Bermúdez ha relatado su "pesadilla" entre lágrimas, recordando que estuvo 14 días en un calabozo "sin apenas poder dormir"

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José Bermúdez, patrón de un barco onubense retenido en Mauritania más de 45 días acusado de provocar la muerte de cuatro marineros de este país tras una colisión entre la embarcación en la que navegaban y el pesquero, ha confesado este martes que durante este tiempo se sintió abandonado "por todo del mundo".

Bermúdez, acompañado por su abogado, Fernando Osuna, ha mantenido un encuentro en Sevilla con periodistas, en el que ha recordado su "odisea" después de que el pasado 14 de julio fuera retenido en este país africano acusado de la muerte de cuatro marineros al ser embestidos supuestamente por su embarcación.

La tripulación estaba formada por españoles, mauritanos, senegaleses y marroquíes, y se les acusó de ser los responsables de un siniestro en el que cuatro marineros se encuentran desaparecidos, mientras que otros dos que formaban parte del mismo grupo sobrevivieron al accidente, cuyas circunstancias no han sido precisadas y que se produjo en las aguas de la ciudad de Nuadibú, situada a 470 kilómetros al norte de Nuakchot.

"Me he sentido abandonado por todo el mundo", ha sido la conclusión del patrón onubense tras relatar, muchas veces entre lágrimas, su "pesadilla" en Mauritania, donde estuvo 14 días en un calabozo "sin apenas poder dormir" y donde la primera comida que probó fue una hamburguesa que le llevó un legionario dos días después de entrar en prisión.

Ha reconocido que pese a llevar apenas cuatro días en España sigue "en alerta" porque no se encuentra seguro: "Mi mujer dice que su marido no es el que se marchó" hace unos meses a faenar, según explica Bermúdez, quien confiesa que en estos momentos incluso desconoce su situación procesal en el país africano.

Solo sabe que en los últimos 45 días se sometió a cuatro juicios, presididos por jueces diferentes, que el primero de ellos se celebró estando en el calabozo lleno de insectos, como prueban las picaduras en su cuerpo, y donde recibió palizas supuestamente por parte de familiares de los marineros fallecidos.

Para el resto de los juicios estaba ya en un hotel pagado por la armadora canaria pero recuerda que firmó documentos "sin saber lo que firmaba" porque estaban escritos en árabe, pero hubo un día en el que un guardia civil se acercó a la habitación de su hotel para decirle que se fuese "pitando" de allí. Le dio 100 euros y le acompañó a la frontera donde le esperaba un taxi que le trasladó a través del desierto.

José Bermúdez junto a su abogado durante la rueda de prensa.


La odisea de José Bermúdez acabó en el aeropuerto de Casablanca, donde un avión le trasladó a España y atrás quedaba la acusación de un delito que asegura no haber cometido porque la colisión entre ambas embarcaciones "no se produjo", algo sobre lo que dice tener pruebas.

"No me voy a declarar culpable de algo que no he hecho", ha advertido Bermúdez, quien explica que si de verdad su pesquero hubiera chocado con el barco de los mauritanos "no deja ni las astillas", por lo que se ha mostrado seguro de que el único crimen que cometió fue "ser español" en aguas mauritanas.

Realmente no era primer patrón del pesquero sino segundo, y el primero, de nacionalidad mauritana, "se quitó del medio" una vez que declaró. Era la primera vez que sufría un hecho similar en sus 41 años de vida y los seis que lleva patroneando embarcaciones pesqueras desde su localidad natal de Isla Cristina.

Bermúdez no desea que esto quede impune y por ello Fernando Osuna, el abogado que lleva su caso, ha avanzado que su bufete va a presentar una demanda por el daño moral sufrido por su representado, quien en los próximos días va a someterse a una valoración psicológica para reclamar una indeminzación.

De la misma forma, se va a valorar si los daños sufridos por el patrón onubense se pueden traducir en una incapacidad laboral que podría ser parcial o total, y según Osuna, se está estudiando acudir a la vía penal contra la administración española por omisión del deber de socorro a un ciudadano español.

Fernando Osuna reclama a las autoridades consulares españolas la documentación "necesaria" sobre los juicios a los que ha sido sometido su cliente, y sobre todo conocer en qué situación procesal se encuentra, porque, según ha explicado Bermúdez, desde el consulado solo fueron a verle "el primer día".

Tras pasar casi dos meses en un país "muy turbio", José Bermúdez confiesa que en estos momentos no es capaz "ni de coger una bicicleta", pero lo que más le duele es que todo lo que la ocurrido "se ha cargado mi ilusión por la pesca". 

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