Un diseño de la Universidad de Córdoba ha conseguido optimizar el rendimiento energético del proceso de síntesis de grafeno, con un aumento del 22 %, construyendo una jaula de Faraday alrededor de una antorcha de plasma.
El proceso, que ya ha sido registrado para su evaluación como patente, podría suponer "un paso importante en la fabricación a escala industrial de uno de los materiales más prometedores de los últimos años", según recoge un comunicado de la Universidad de Córdoba.
El grafeno, que es un material que se extrae del grafito y se compone de carbono puro, es "más duro que el diamante, más resistente que el acero, flexible como la goma o más ligero que el aluminio".
Están son algunas de las propiedades que se le confieren al grafeno, y "aunque este material ha despertado durante los últimos años un gran interés en la comunidad científica, aún no existe un método lo suficientemente barato y sostenible que permita una fabricación de alta calidad a escala industrial".
La investigación de la Universidad de Córdoba podría suponer "un salto en la producción a gran escala de este material", sintetizado por primera vez en 2004 patente, porque permite incrementar la producción de grafeno más de un 22 %, "manteniendo en el proceso la alta calidad que caracteriza al grafeno sintetizado por esta tecnología".
El trabajo está basado en tecnología de plasma, un gas parcialmente ionizado denominado con frecuencia el cuarto estado de la materia.
Aunque hay plasmas naturales como los rayos o las auroras boreales, también pueden generarse artificialmente en un laboratorio.
Una de sus grandes ventajas, destaca el primer autor de la investigación, Francisco Javier Morales, es que "es un medio altamente energético que es capaz de descomponer moléculas orgánicas con mucha facilidad".
Concretamente, el equipo ha empleado esta antorcha de plasma para descomponer etanol y reorganizar los átomos de carbono de la molécula, dando lugar a la formación de grafeno.
El trabajo ha sido desarrollado por el grupo de investigación 'Laboratorio de Innovación en Plasmas' de la Universidad de Córdoba, y ha contado también con la colaboración del Instituto Químico para la Energía y el Medioambiente (IQUEMA), quien se ha encargado de parte de la evaluación de la calidad del grafeno producido.