Los reivindicantes recordaron que las obras del edificio “han provocado el traslado al Instituto de Educación Secundaria Miguel Hernández, donde no hay medios para sostener unos estudios superiores”.
Igualmente, protestaron por la actitud del jefe de estudios del centro, Francisco Garrido Valls, de quien mencionaron que había soltado algunas frases ofensivas hacia los alumnos durante la celebración del acto de presentación del curso.
Para los representantes de este colectivo, “estas desafortunadas palabras vinieron dadas en respuesta a las quejas de los alumnos”.
Asimismo, acusaron a los responsables del recinto de impedir que se utilicen medios audiovisuales dentro de las aulas.
Los portavoces de este colectivo creen que esto último es fundamental, e “imprescindible” en algunas asignaturas que se impartían en el Cuesa, como lo es Derecho Penitenciario. Asimismo, aseguraron que, según lo que les han comentado “los propios obreros”, la promesa de “volver al Cuesa para finales de otoño es infundada”.