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Sevilla

‘Madame Plaza’ homenajea a Marruecos y a su música

La compañía Anania de la mano de Bouchra Quizguen presenta esta obra de cantes tradicionales

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  • 'mADAME pLAZA' -

La programación en teatros y salas del Mes de Danza finaliza con la representación este martes y  miércoles de Madame Plaza, a cargo de la compañía Anania en la sala Manuel García del Teatro de la Maestranza de Sevilla. Se trata de una obra de la coreógrafa marroquí Bouchra Ouizguen, que homenajea a las cantantes ‘aïta’.

Como un cruce imposible entre los cantos de amor y el fado, como una suerte de blues marroquí, como un cabaret parido al otro lado del estrecho. De diversas y siempre sugerentes formas se ha intentado definir la música ‘aïta’, interpretada por unas cantantes que, en su país, son al mismo tiempo objeto de admiración y de rechazo social. Como homenaje a estas cantantes, luchadoras desde muchos puntos de vista, Bouchra Ouizguen coreografía y baila Madame Plaza, obra de la compañía Anania que indaga en la relación profunda de estas mujeres con el arte y la libertad.

Según indica Mes de danza, el crítico Gérard Mayen, a propósito del estreno de Ha! en el festival Montpellier Danse, define a la coreógrafa marroquí como “una artista de encuentros muy fuera de lo común”. Nos avisa Mayen que Madame Plaza deja al espectador “conmocionado” cuando, sobre “los horizontes de una geografía imaginaria” que dibuja esta artista, “insinúa las membranas que flotan entre los distintos mundos”. Para el cantautor y poeta, Ouizguen, al igual que Kabboura Aït Ben Hmad, Fatéma El Hanna o Naïma Sahmoud, quienes la acompañan en Madame Plaza, no son bailarinas o cantantes desde un punto de vista estricto, sino más bien, y usando un término que se entiende a la perfección en el ámbito de la creación contemporánea occidental, performers.

Para el escritor, además, Madame Plaza evita lecciones evidentes sobre temas como la inmigración o el uso del velo por la mujer árabe, y subraya la importancia de que surjan estas obras en una escena contemporánea marroquí que describe como falta de medios, de lugares adecuados para la creación y de público.

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