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¡El Betis ya es de Primera! (3-0)

Los verdiblancos regresan un año después a la élite del fútbol español tras derrotar al Alcorcón bajo un ambiente espectacular

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Por fin y tras un largo paso por el infierno de la Segunda División, el Betis regresa al lugar de donde nunca se debió haber ido. El triunfo ante el Alcorcón gracias a un gol de Rubén Castro en el minuto 20 de partido, otorgaron a los verdiblancos los tres puntos necesarios para lograr el ansiado objetivo de retornar a la élite del balompié nacional.

Duodécimo ascenso que se reflejó en los términos futbolísticos de un encuentro que duró el tiempo que quiso (para una gran mayoría ya de aficionados), uno de los cinco mejores futbolistas de la historia bética.

Los de Mel saltaron al césped de Heliópolis con el conocimiento de que, si querían el ascenso, tenía que ser por su propia voluntad; pues la vía que dependía de una derrota o empate del Sporting de Gijón, no se llevó a efecto.

El fantástico ambiente que reinó en el Villamarín desde el himno hasta el pitido final no dejó indiferente a nadie. El beticismo, entregado para la causa, ocupó cada asiento del recinto verdiblanco coloreando con camisetas, bufandas, pancartas, banderas y cánticos, una gran estampa.

Bajo una preciosa atmósfera, el primer tanto local no se hizo esperar. Y quien si no, el máximo goleador en los anales del equipo de las trece barras, puso patas abajo a la parroquia asistente con una sutil vaselina desde la línea de la frontal del área que el meta visitante, Javi Jiménez, tan solo pudo contemplar cómo se colaba sin remisión.

El artillero canario, que ya había alcanzada la treintena de ‘dianas’ en su haber el pasado jueves contra el Racing de Santander en El Sardinero; sumaba otro tanto más en su haber particular.
Cumplido el descanso con la ventaja mínima para el bloque heliopolitano, la segunda mitad dejó paso a más goles para disfrute de todos los presentes.

Así es como llegó el segundo de la noche, obra de Rubén Castro, quien transformó una pena máxima tras un derribo cometido sobre Dani Ceballos en el minuto 51.

El colofón definitivo en el luminoso lo puso Jorge Molina empujando a trancas y barrancas un balón en el minuto 64 que suscitó la locura absoluta en el estadio, incluso, bajo una enorme manta de agua que caía inesperadamente sobre el terreno de juego.

Pero nada impediría que la mágica noche vivida por todos y cada uno de los béticos presentes, pudiesen disfrutar del fin de fiesta preparado para el final del encuentro. Jugadores y cuerpo técnico se fundieron con el beticismo con la promesa, de vivir momentos brillantes en el futuro.

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