La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a dos años de prisión a M.Y.R.M., de 39 años, acusada de un delito de homicidio en grado de tentativa después de que estrellara su vehículo contra las instalaciones de la empresa Primaflor en Pulpí (Almería) al tratar de atropellar a otra mujer, que se salvó tras quedar tendida sobre el capó y agarrada al limpiaparabrisas.
La sentencia, dictada en firme tras la conformidad de las partes, impone además a la acusada cinco años de libertad vigilada y siete de alejamiento de la víctima, a la que ha indemnizado junto a la entidad perjudicada con 5.900 euros que, previamente al acto de juicio, habían sido depositados en la cuenta del juzgado, según han confirmado a Europa Press fuentes judiciales.
En este sentido, y después de que la víctima trasladara que había perdonado a la agresora, la Fiscalía modificó su escrito provisional por el que inicialmente preveía seis años de prisión y aplicó la atenuante muy cualificada de reparación de daño para conformar la pena impuesta, sobre cuya suspensión de ingreso en prisión deberá pronunciarse el tribunal.
Con esto, la acusada reconoció que se dirigió al domicilio de la víctima en su vehículo y esperó a que saliera de su casa con el motor en marcha sobre las 16,00 horas del pasado 3 de septiembre de 2015, de modo que cuando la vio aparecer por la calle "aceleró" el coche "dirigiéndolo contra ella".
La conductora no dejó de acelerar mientras perseguía a la víctima con el coche por la calle "hasta empotrarse en el muro de ladrillo de la empresa Primaflor atravesando el mismo" mientras que la perjudicada se encontraba encima del capó bajo la alambrada.
Aun así, la procesada continuó "acelerando el vehículo" aunque no podía avanzar por haber quedado atrapado en los escombros. "No contenta con eso, y al no haber conseguido su objetivo, la procesada se bajó del vehículo con una azada en la mano y la emprendió a golpes" contra la víctima, quien en una de las ocasiones "consiguió sujetar la herramienta evitando que siguiera impactando sobre su cuerpo", según el relato del fiscal.
Pese a la defensa de la víctima y la aparición de un testigo quien consiguió arrebatarle la azada, la acusada habría seguido con la agresión y habría propinado varios "rodillazos en el estómago" a la mujer al tiempo que se habría hecho con algunos de los ladrillos de los escombros para arrojárselos hasta que uno de ellos le impactó en el cuerpo, todo ello al tiempo que le gritaba que "la iba a matar".
La situación no cesó hasta la aparición de la Policía Local en la zona, que intervino el coche y además atendió en un primero momento a la víctima de las múltiples heridas y lesiones que presentaba y de las que tardó en curar unos dos meses, de los que uno estuvo impedida para sus labores habituales.