Se abrieron también puntualmente las puertas de la iglesia de Santa María, con un barrio completamente lleno de público, como es tradición cada Jueves Santo. Y es que el barrio de Santa María siente devoción por sus titulares y desde bien temprano preparan la calle para poder ver lo más cerca posible a las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de Dolores.
El Señor, regidor perpetuo de la ciudad de Cádiz, estuvo acompañado desde el principio por diferentes representantes del ayuntamiento, entre ellos el alcalde, que formó parte del cortejo de la penitencia.
Este año, la Banda Virgen de la Oliva de Vejer fue la encargada de tocar tras un misterio que no siempre lleva acompañamiento musical y que hacía su entrada en San Juan de Dios con el único sonido de las horquillas de sus maniguetas. En ese preciso momento, las primeras gotas de la tarde hacían acto de presencia, creando dudas en la Hermandad.
La Virgen, de celebración por su 75 aniversario, se paseó luciendo su elegante manto negro bordado en oro y portando con ella la medalla de la Virgen Niña en alusión a la hija del alcalde.
Una vez que el palio entró en la Catedral, la junta de gobierno estudió la posibilidad de resguardarse debido a las leves lluvias intermitentes que se estuvieron sucediendo durante la tarde. Finalmente, la decisión tomada fue la de continuar y la Hermandad de Santa María pudo terminar de realizar la Carrera Oficial.
