Irán ha restado importancia al impacto que las sanciones impuestas por Estados Unidos que entraron en vigor este lunes, y ha afirmado que estas medidas complicarán la resolución de las disputas sobre el programa nuclear.
En un intento de obligar a Teherán a detener sus actividades nucleares, las sanciones podrían afectar a los sectores automovilístico y de transporte, a la venta de oro a Irán y al manejo de la divisa iraní, el rial.
"No tenemos ninguna duda de que estas medidas no forman parte de una política estable. Estamos sorprendidos de que los Gobiernos occidentales que impulsan las sanciones no dejen de implementar políticas erróneas y con las que han fracasado", ha declarado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi.
"Eliminar las sanciones podría ser una medida para generar confianza y ayudar a la resolución del conflicto, pero incrementando las sanciones no se obtendrán resultados, sólo conseguirán que la cuestión sea más compleja y difícil de resolver", ha añadido.
NUEVO PRESIDENTE
La elección de Hassan Rouhani como nuevo presidente de Irán el pasado mes ha arrojado una luz de esperanza sobre el conflicto nuclear, después de haber prometido suavizar las relaciones exteriores y alejarse de la dura línea que había seguido Mahmud Ahmadineyad.
Durante los últimos años Occidente ha tenido la constante sospecha de que el desarrollo de la tecnología nuclear de Irán estaba dirigido a la fabricación de armas nucleares, acusaciones que las autoridades iraníes han negado en repetidas ocasiones.
Los analistas consideran que todavía se desconoce si Irán, con Rouhani como presidente, será más flexible ante la petición de las potencias mundiales de que detenga el enriquecimiento a una concentración fisible del 20 por ciento, y de que deje de trabajar en Fordow, una instalación nuclear subterránea donde se enriquece el uranio.
La semana pasada el jefe de la organización de energía atómica iraní, Fereydun Abbasi-Davani, afirmó que podría no haber cambios en la producción de uranio enriquecido en Irán para producir combustible. Sin embargo, en una entrevista con la agencia de noticias estatal, el exjefe de la organización, Gholam Reza Aghazedeh, ha declarado que la cuestión nuclear estaba "en el minuto 90", y que Irán debe mantener serias conversaciones con Occidente.
Los analistas consideran que las conversaciones sobre la cuestión nuclear entre Irán el grupo P5+1 --Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania-- podrían realizarse antes de septiembre, después de la toma de posesión de Rouhani, prevista para principios de agosto. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, será quien tenga la última palabra sobre la cuestión nuclear.