No se puede analizar hechos de hace quinientos años con criterios de hoy”, dice el “progre”. Pues Alejandro prohibió los sacrificios de niños y jóvenes y a su ejército la violación de los pueblos ocupados. Los andaluces dejaron escapar a sus atacantes, vencidos en la batalla de Alarcos. Treinta y nueve años después, el rey de Castilla decretó exterminación de los vencidos, “quien traiga un prisionero muere con él” en Las Navas de Tolosa. Fray Bartolomé de las Casas se enfrentó a los empresarios sin escrúpulos (¿o habría que decir “con mentalidad de su época”?), y presentó al rey un Memorando a favor de los derechos de los indios; publicado está por varias editoras.
Alguno de estos dos grupos, siempre contemporáneos debía tener “criterio del siglo XXI”,y el otro actuaría según las normas “de su tiempo”. Entonces, “fuera de su tiempo” estarían los que rechazaban el asesinato, la violación, la esclavitud, la tortura…Los siracusanos descontentos con Dionisio ¿estaban fuera de su tiempo? Dionisio ¿estaba fuera de su tiempo por repeler a los conquistadores cartagineses? El “derecho” de conquista fue un concepto, impuesto por los conquistadores, que ni siquiera buscaban legitimarse. La legislación es mucho más reciente, es cierto. Una legislación que viene a llenar un vacío, a poner coto a los abusos, las tropelías, la tiranía. Pero pretender que abusadores, tiranos, déspotas, asesinos, han actuado “de acuerdo con su tiempo”, es poner fuera de su tiempo a los defensores de la Justicia. Si la piratería estaba “acorde con su época” será que la suya era una época pirata. Entonces ¿Por qué aún existe?
El banal pretexto persigue excusar, justificar el comportamiento de unas tribus salvajes y unos estados de vida doble, a veces refinados en el interior, utilizando sus conquistas para su propio sostén económico laboral y militar; razón por la que necesitaba calificarlos como “de segunda”, calificación que, por sí sola, lejos de justificar, demuestra la doble moral, nunca considerable “normal”, ni siquiera en relación a su tiempo. En “su tiempo” también hubo pueblos pacíficos, civilizados, cultos, principales víctimas de los belicosos, precisamente por su dedicación a la cultura y su rechazo a la violencia. Ambos habitaban el mismo tiempo, la misma época. Lo llamativo, extraño, sospechoso, es que a sólo una de las dos formas de comportamiento se considere “propia de su tiempo”. Que sólo para una de ellas se reclame “no juzgar con criterios de hoy”.
En “su tiempo”, el obispo Osio calificó a los godos de pérfidos. Eran coetáneos. ¿estará aquí el “quid”? No en la calificación hecha por Osio, sí en el burdo intento de justificar la invasión y conquista goda de la península y el posterior emparentado con ellos, con el que Alfonso III creyó encontrar legitimación a sus conquistas. Es eso y la actual justificación a los métodos depredadores y salvajes de esas conquistas, lo que con tan nulo acierto pretende justificar el aserto. Todas las barbaridades cometidas en la antigüedad, en la Edad Media y en la Moderna quedarían justificados, legitimados porque “no se pueden analizar hechos de hace 500 años con criterios de hoy”.